sábado, 25 de julio de 2009

texto de passolini



" (...) El football es un sistema de signos, o sea un lenguaje. Tiene todas las características fundamentales del lenguaje por excelencia, el que nosotros nos planteamos en seguida como término de confrontación, o sea el lenguaje escrito-hablado.De hecho, las “palabras” del lenguaje del fútbol se forman exactamente igual que las palabras del lenguaje escrito-hablado. Ahora bien, ¿cómo se forman estas últimas? Se forman a través de la llamada “doble articulación”, o sea a través de las infinitas combinaciones de los “fonemas”: que son, en italiano, las 21 letras del alfabeto.Los «fonemas», por tanto, son las «unidades mínimas» de la lengua escrito-hablada. ¿Queremos divertirnos definiendo la unidad mínima de la lengua del fútbol? Veamos: “Un hombre que usa los pies para chutar un balón” es tal unidad mínima: tal “podema” (si queremos seguir divirtiéndonos). Las infinitas posibilidades de combinación de los “podemas” forman las “palabras futbolísticas”: y el conjunto de las “palabras futbolísticas” forma un discurso, regulado por auténticas normas sintácticas. Los “podemas” son veintidós (casi igual que los fonemas): las “palabras futbolísticas” son potencialmente infinitas, porque infinitas son las posibilidades de combinación de los “podemas” (en la práctica, los pases de balón entre jugador y jugador); la sintaxis se expresa en el “partido”, que es un auténtico discurso dramático.Los cifradores de este lenguaje son los jugadores, nosotros, en las gradas, somos los descifradores: así pues, poseemos en común un código.Quien no conoce el código del fútbol no entiende el “significado” de sus palabras (los pases) ni el sentido de su discurso (un conjunto de pases).No soy ni Roland Barthes ni Greimas, pero como aficionado, si quisiera, podría escribir un ensayo mucho más convincente que esta mención, sobre la “lengua del fútbol”.
(...)
En el fútbol hay momentos que son exclusivamente poéticos: se trata de los momentos del “gol”. Cada gol es siempre una invención, es siempre una perturbación del código: todo gol es “ineluctabilidad”, fulguración, estupor, irreversibilidad. Precisamente como la palabra poética. El máximo goleador de un campeonato es siempre el mejor poeta del año. En este momento lo es Savoldi. El fútbol que expresa más goles es el fútbol más poético.También el “dribbling” es de por sí poético (aunque no “siempre” como la acción del gol). De hecho, el sueño de todo jugador (compartido por todo espectador) es salir del centro del campo, driblar a todos y marcar. Si, dentro de los límites permitidos, se puede imaginar en el fútbol una cosa sublime, es precisamente ésta. Pero no sucede jamás. Es un sueño (que he visto realizado sólo en Maghi del pallone de Franco Franchi, que, aunque sea a nivel rústico, ha conseguido ser perfectamente onírico).¿Quiénes son los mejores dribladores del mundo y los mejores goleadores? Los brasileños. Por lo tanto, su fútbol es un fútbol de poesía: de hecho, en él todo está basado en el dribbling y en el gol.El catenaccio (encadenado) y la triangulación (que Brera llama geometría) es un fútbol de prosa: en efecto, está basado en la sintaxis, o sea en el juego colectivo y organizado: es decir, en la ejecución razonada del código. Su único momento poético es el contraataque, con el “gol” añadido (que, como hemos visto, no puede más que ser poético). En definitiva, el momento poético del fútbol parece ser (como siempre) el momento individualista (dribbling y gol; o pase inspirado).El fútbol en prosa es el del llamado sistema (el fútbol europeo). El “gol” está encomendado a la “conclusión”, a ser posible de un “poeta realista” como Riva, pero debe derivar de una organización de juego colectivo, basado en una serie de pases “geométricos” ejecutados según las reglas del código (Rivera en esto es perfecto: a Brera no le gusta porque se trata de una perfección un poco estetizante, y no realista, como en los centrocampistas ingleses o alemanes).El fútbol en poesía es el del fútbol latinoamericano. Esquema que para ser realizado debe requerir una capacidad monstruosa de driblar (cosa que en Europa es repudiada en nombre de la “prosa colectiva): y el gol puede ser inventado por cualquiera y desde cualquier posición. Si dribbling y gol son los momentos individualistas-poéticos del fútbol, es por eso que el fútbol brasileño es un fútbol de poesía. Sin hacer distinción de valor, sino en sentido puramente técnico, en México la prosa estetizante italiana ha sido vencida por la poesía brasileña."

"el fútbol es un lenguaje con sus prosistas y sus poetas", il giorno, 3 de enero de 1971.

3 comentarios:

  1. En mi opinión, Pasolini utiliza mal la palabra "poético" al contraponerlo a "organizado"

    ResponderEliminar
  2. sí, es algo simplón. las dicotomías funcionan bien en los artículos de periódico.

    ResponderEliminar
  3. rené no dejes el blog porfa, me parece interesantísimo, deberías moverlo más porque no creo que haya muchos así de futbol. no te desanimes, lo lee más gente de la que piensa. PERO HAY QUE ACTUALIZAR CON FRECUENCIA! UN ABRAZO, apostol del Mal :-)

    César

    ResponderEliminar